lunes, 23 de octubre de 2017

Enseñar exige alegría y esperanza.


Paulo Freire añade la alegría como un elemento importante que facilita el ambiente del aprendizaje (tanto de alumnos como del profesor):

Hay una relación entre la alegría necesaria para la actividad educativa y la esperanza. La esperanza de que profesor y alumnos podemos juntos aprender, enseñar, inquietarnos, producir y juntos igualmente resistir a los obstáculos que se oponen a nuestra alegría. En verdad, desde el punto de vista de la naturaleza humana, la esperanza no es algo que se yuxtaponga a ella. La esperanza forma parte de la naturaleza humana.

“Donde hay educación no hay distinción de clases”
Confucio (551 AC-478 AC) Filósofo chino.

Esta esperanza se basa en la certeza de que el futuro personal no está determinado. Cada hombre y mujer que, conciente de su inacabamiento, toma un papel activo en su construcción, tiene al mismo tiempo su futuro en sus manos, y es ahí donde vive y crece la esperanza de que podemos hacer del mundo un lugar mejor.

1 comentario: