jueves, 2 de noviembre de 2017

Enseñar pero también… aprender de ellos.


Nunca había sido tan marcado el abismo entre dos generaciones. Mientras los niños de hoy hacen sus deberes con ayuda de Internet y crecen sumergidos en las redes sociales, los adultos y profesores siguen aplicando una educación tradicional, basada en formas de vida de hace dos siglos, sometida a la presión de los resultados académicos y a las agendas políticas.

“Con mis maestros he aprendido mucho; con mis amigos, más; con mis alumnos todavía más”. Proverbio hindú

Ahora sabemos que, en el mundo globalizado en el que vivimos, los niños, al igual que las empresas y los gobiernos, necesitan completar por lo menos cinco enseñanzas esenciales:

1. Saber focalizar la atención y aprender a concentrarse es el primer requisito indispensable.

2. La gestión de las emociones tanto positivas como negativas (por ejemplo la felicidad, el odio, la diversidad ideológica, el desprecio y la falta de empatía).

3. La resolución de conflictos es la tercera pauta de un nuevo conocimiento indispensable.

4. El impacto universal e inmediato de las redes sociales y su influencia en nuestro modo de comunicarnos y relacionarnos.

5. El optimismo a pesar de los mensajes negativos. Están disminuyendo los índices de violencia a nivel mundial y aumentando los de compasión y altruismo. Nos lo enseña la ciencia tanto como la experiencia de los últimos años, en contra de lo que siguen opinando muchos sectores mediáticos y políticos.

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